LA HISTORIA DE UN CORAZON ROTO


Prólogo.

Pov. Noelia.
Después de varios años esperando que Matías se decidiera a pedirme matrimonio, por fin lo hizo y fue precioso. Y por fin, después de meses de preparativos me encontraba caminando hacia el altar improvisado que habíamos montado en el jardín de casa de mis suegros, todo el césped estaba lleno de pétalos de rosas azules y blancas, iba del brazo de mi padre y todos los asiste3ntes a mi boda me estaban mirando de arriba abajo y eso me ponía muy nerviosa y lo peor de todo era que el novio, aún no estaba en el altar, algo extraño pero nosotros lo hacíamos todo al revés así que lo esperaría yo a él. Ya estaba junto a los dos preciosos arcos superpuestos donde se hallaba el juez parado, uno de rosas azules y otro de rosas blancas, el olor de las flores inundaba todo el lugar, mi prometido no terminaba de llegar y yo estaba cada vez más nerviosa, intentaba estarme quieta pero los nervios me ganaban, giré lentamente y miré por todo el camino hacia atrás, vi a mi madre sentada en la primera fila, sentada junto a mi mejor amiga Mariela, ella junto a mi hermana Nora eran mis damas de honor pero por más que busqué a la segunda no encontré su rubia cabellera por ningún lado. Conforme pasaban los minutos yo empezaba a impacientarme más y sin poder estarme quieta recorrí de nuevo el camino que me llevó hasta la casa en busca del que sería mi marido en cuestión de minutos si es que conseguía encontrarlo, estaba a punto de gritar su nombre cuando escuché los gemidos de una pareja, no podía creerme que alguno de mis invitados estuviera perdiéndose mi boda, que aún no empezó por cierto, y se hubiera encerrado justo en el que era mi cuarto desde que era una niña y aunque estaba buscando a Matías en ese momento simplemente me dirigí hacia mi cuarto para sacar de mi cama a quienes fueran los que estaban en pleno apogeo de su placer. Abrí de golpe la puerta para sorprender a los dos invasores de mi privacidad cuando escuché mi corazón romperse en mil pedazos, sí que los sorprendí, pero yo fui quien sufrió el mayor dolor de esa maldita pesadilla. Mi sonrisa se borró completamente de mi cara. Sentí como mi mundo se desvaneció. Mi hermana estaba entre los brazos de mi prometido ¿esto realmente estaba pasado o era una mala jugada de mis nervios? Matías estaba sentado sobre el borde de mi pequeña cama y mi hermana Nora estaba sentada a horcajadas sobre él, montándolo como toda una experta amazona, Matías tenía sus brazos rodeando su cintura, ambos estaban completamente desnudos, todas las piezas de sus ropas desperdigadas por el suelo. Yo no era capaz de reaccionar ante tal traición, no conseguía moverme, no hacía nada, solo mirarlos mientras se besaban sin reparar en mi presencia allí. Y lo que más me dolió fue darme cuenta de que esta no era la primera vez que lo hacían pues se notaba demasiado en su forma de tocarse.

-         ¿Noelia? – mi prometido fue el primero que me vio y acto seguido mi hermana giró la cabeza y ambos se separaron rápidamente – cariño déjame que te lo explique.

¡Y todavía tenía la desfachatez de llamarme cariño! ¿Cómo se atrevía a llamarme así? Apreté fuerte mis manos en puños y fue entonces descubrí que durante varia minutos había aguantado la respiración. Las lágrimas caían como cascadas por mis mejillas y no conseguía dejar de temblar. No estoy segura de que sentía más, furia o dolor, lo único que sé es que las dos personas en las que más he confiado en toda mi vida, me han traicionado de la forma más ruin y rastrera que existe - ¿Cómo te atreves a llamarme cariño? – Las palabras salieron de entre mis labios sin ni siquiera pensarlo y al ver como ambos me miraban mi anterior sospecha fue confirmada, llevaban mucho tiempo traicionándome, pero necesitaba escuchárselo decir a ellos – ¿cuánto tiempo hace que estáis juntos?

-         Un año – contestó mi hermana sin atreverse a mirarme
-         Por favor, déjame explicarte – me pidió Matías intentando acercarse a mí pero estiré mi mano para frenar sus pasos – cariño no volverá a pasar, tu y yo nos casaremos y seremos felices, serás mía y yo seré solo tuyo.
-         ¿Felices? – pregunté mientras cerraba mis ojos y reía sarcásticamente. ¿De verdad era tan imbécil como para pensar que después de eso yo diría el sí quiero como si no hubiera pasado nada? ¡se había estado revolcando con mi maldita hermana durante un maldito año! Y yo que siempre pensé que Matías era el hombre perfecto…

Sin volver la vista hacia atrás salí corriendo de allí, al hacerlo los invitados me miraron preocupados, pero yo ni si quiera me paré, ahora mismo nada me importaba solo quería largarme de allí lo más rápido posible. Atravesé todo el jardín hasta salir de3 la casa bajo la atenta mirada de todos y cuando llegué a una parada de taxis me paré a respirar, miré el camino sumamente transitado por coche y paré un taxi cuando pasó. Matías era el hombre de mi vida, la persona a la que amaba y ella… era mi hermana mayor, la persona a la que siempre quise parecerme. ¿Ni si quiera se sentían culpables? ¿Cómo fue capaz de pedirme matrimonio? Empecé a llorar de nuevo y me subí al taxi cuando paró, le di la dirección de mi casa y lloré durante los veinte minutos que duró el trayecto, el dolor me desgarraba por dentro, mi garganta se secó y mis pulmones quemaban como hogueras encendidas - ¿Podría esperar cinco minutos? Solo iré por mi maleta

-         Claro – contestó el taxista algo consternado por mi situación, una situación que no conocía.

Rápidamente subí a mi cuarto y cogí mi maleta pero al verle en el espejo de mi armario de dolor volvió, seguía con mi vestido de novia, me estaba empezando a asfixiar, el vestido me ahogaba, llevé mis manos a la cremallera y tiré, pero no podía bajarla por lo que tiré y tiré hasta romperlo y lo pateé cuando cayó al suelo mandándolo bien lejos de mí, me vestí con unos jeans y una camiseta corta y cargué con mi maleta hasta llegar de nuevo al taxi, el conductor metió mi maleta en el maletero y volvió a arrancar el coche de camino al aeropuerto, hasta aquí llegaba mi vida de mentiras, a partir de ahora y con el dolor de la traición bien latente en mi pecho emprendería una nueva vida en Londres, jamás los perdonaría porque jamás podría olvidarlo pero mi vida seguiría adelante como que me llamaba Noelia Corales.



Capitulo uno.

Pov. Noelia.
-         Noelia – gritaron desde mi espalda cuando estaba a punto de traspasar la puerta de embarque del avión – Noelia, hija por favor.

Me giré lentamente hacia la voz de mi madre justo a tiempo para verla correr en dirección a mí con toda la intención de detenerme.

-         Noelia hija no puedes irte así, tienes que hablar con Matías y arreglar las cosas, todavía podéis arreglar las cosas.
-         ¿Arreglar las cosas? ¿Cómo puedo arreglar nada con él? Me engañó mamá, se estuvo acostando con mi hermana durante todo un año y ese solo es el tiempo que ellos me han dicho ¿Quién sabe si fue más? ¿Cómo puedo estar segura de que me está contando la verdad? Mamá… no pienso arreglar nada con Matías y en cuanto a Nora, es mi hermana, pero no estoy segura de que pueda perdonarla nunca la verdad.
-         ¿Por qué no hablas con Matías? – preguntó Nora apareciendo de detrás de mi madre.
-         ¿Por qué debería hacerlo? Mejor si vas tú, total, tú lo conoces mucho más a fondo.
-         Si lo que quieres es que me disculpe no lo haré – dijo Nora mirándome entristecida – yo no soy la única culpable
-         Tienes razón, tú solo eres mi hermana, ese detallito debería está pesando toneladas en tu conciencia, tendrías que sentirte sucia solo por ello. Si es que tienes conciencia claro, pero no te preocupes yo soy la única culpable por confiar en vosotros. Ahora es cuando realmente veo la basura que tengo a mi alrededor.
-         Es un hombre – me contestó Nora altanera – ¿De verdad creías que aguantaría sin sexo hasta el matrimonio? Llevabais tres años y puedo asegurarte que hubo muchas más antes que yo, si no fueras tan insípida le habrías dado lo que él necesitaba y no habría buscado a ninguna otra.
-         No me puedo creer que seas tan zorra – y ante la sorpresa de mi madre y mi hermana le solté una bofetada con la que le crucé la cara - eres demasiado ingenua, si tú le pudiste dar lo que necesitaba ¿cómo es que me pidió matrimonio a mí y no a ti? Pero si lo quieres, todo para ti, te lo regalo con moño y todo – giré de nuevo sobre mis talones y traspasé la puerta de embarque.

El alivio recorrió todo mi cuerpo cuando por fin crucé la puerta de embarque del avión. Ahora solo me quedaba ser fuerte y demostrar a todos quien era Noelia y que de verdad podía salir adelante. Esta sería una nueva Noelia Corales. Subí al avión y me até todos los cinturones esperando a que este trasto despegara hacia una nueva vida, mi nueva vida.

Yo estaba segura de que una vez en Londres mi vida cambiaría ¿Qué necesito? Tiempo para curar mis heridas y mucho valor para no volver a caer, valor para ser la mujer que hasta ahora no había sido capaz de ser. Cuando el avión por fin despegó me di cuenta de algo, este era mi viaje de novios y sin embargo me estaba yendo sola, nadie estaba en el asiento vacío a mi lado, vacío como había quedado mi corazón, como yo.

Jamás pensé que Matías sería capaz de traicionarme y menos con mi hermana. La mujer a la que había admirado siempre, mi modelo a seguir, ella siempre hizo lo que quiso, siempre hizo lo que quiso, siempre fue libre. Pero ahora… ahora para mí no era más que una zorra. Una mujer sin escrúpulos que no había dudado en quitarme a mi prometido. Pero estoy segura de que el karma la hará pagar por ello. Tanto Matías como Nora pagarían muy caro el dolor que me habían causado a mí. Y ahora lo único que tenía claro era que la dulce Noelia había muerto el día de su boda, antes de decir el sí quiero. Ahora no me importa nada ni nadie, solo yo.

Por fin aterrizó el avión, y allí me encontré, en el aeropuerto, con una maleta y buscando un taxi. Londres, un lugar que la mayor parte del año está frio y sombrío pero que era un auténtico paraíso para gente como yo y, sobre todo, para los fans de Harry Potter, eso será lo primero que visitaré – taxi – grité y este se paró cerca de mí. Cuando estaba a punto de abrir la puerta alguien se adelantó y me abrió la puerta, era un chico alto y moreno y por su aspecto era guía turístico. Subí al taxi y este cerró la puerta, desapareciendo a la vez que el coche se ponía en marcha.

Ya en el Ibis Londres Blackfriars y después de pagarle al taxista entró en la recepción. Sin duda era un hotel precioso.

-         ¿En qué puedo ayudarla? – preguntó la recepcionista, en su cartelito se leía su nombre, Fátima.
-         Tengo reserva en la suite tentación.
-         Oh, usted es la recién casada, enhorabuena señora Fogharty ¿quiere esperar a su esposo?
-         Vengo sola, no nos hemos casado así que soy la señorita Corales. Gracias.
-         Claro discúlpeme – me entregó la llave – espero que disfrute de su no luna de miel – dijo intentando hacerme reír.

Llegué a la habitación y me instalé. Esta era mí no luna de miel como dijo Fátima y por dios que yo iba a disfrutarla, sin Matías, por mí él como si se moría.




Capitulo dos.

Pov. Noelia.
Cuando abrí los ojos rezaba porque todo hubiera sido un sueño, pero cuando la luz del día traspasó las cortinas iluminando peligrosamente toda la habitación, las paredes eran de un rosa pálido que reflejaba maravillosamente la luz del día haciendo que entrara más luz de la que yo necesitaba ver estando recién despertada. Pero ya estaba decidido, nadie me haría caer, por lo que me levanté de la cama, con la cabeza bien alta y caminé hacia el armario en el que el día anterior toda mi ropa para que no se arrugara. Cogí un sexy, corto y escotado vestido rojo junto con unos tacones negros y me vestí después de darme un largo baño en el jacuzzi del baño, recogí mi cabello en una coleta alta e hice tirabuzones con la plancha por toda la coleta. Cuando me quedé conforme con mi imagen ante el espejo y bastante avergonzada por ir tan sumamente provocativa, no solía vestirme así desde que tenía veintitrés años más o menos.

Después de mucho tiempo ante el espejo salí de mi habitación de hotel, con mi monedero y mi pintalabios y, sobre todo, dejando mi móvil apagado dentro del último cajón de la mesita de noche más alejada de mi cama.

Bajé a la recepción y salí a la barra que había colocada cerca de la sala de póker, saludé al camarero cuando se acercó a ver que quería tomar y pedí un Bombay Shapphire con Coca Cola. Unos minutos después tenía la copa en la mano derecha cuando vi sentarse a alguien a mi lado por el rabillo del ojo, no quise girarme demasiado pero un embriagador aroma masculino invadió mis fosas nasales haciendo que se me hiciera imposible no girarme, aunque solo fuera un poco para ver de quien se trataba y para mi sorpresa su cara me sonaba sobremanera, pero ¿de qué? – Tú eres el chico que me abrió la puerta del taxi – comenté en voz alta, tal vez demasiado alta porque el hombre giró la cabeza hacia mí y me miró como intentando descifrar lo que estaba hablando la loca sentada a su lado.

-         Hola a ti también – comentó sonriéndome de medio lado.
-         Si, discúlpame, es que no esperaba verte de nuevo – me justifiqué algo avergonzada por mi falta de educación.
-         Vivo aquí cerca, trabajo aquí de guía turístico y tanto el camarero como la recepcionista son mis hermanos así que, acostúmbrate porque te vas a hartar de verme la cara.

No sé por qué, ni si quiera fue gracioso, pero me puse a reír como una loca, como si me hubiera contado el mayor chiste del mundo. Pasamos varias horas charlando y riendo mientras bebíamos Bombay Shapphire con Coca Cola.

Cuando regresaba a mi habitación del hotel tenía una sonrisa permanente en la cara, Ismael era un hombre muy gracioso,aunque yo seguía sin querer saber nada de hombres, al menos por un tiempo, al pasar por la recepción Fátima me llamó.

-         Disculpe señorita Corales, un tal Matías Fogharty no deja de llamar preguntando por usted, le dije que no estaba aquí, pero sigue insistiendo en llamar, quiere que le avisemos si apareciera por aquí.
-         Gracias por avisarme, si vuelve a llamar sigue diciéndole que no estoy aquí, no quiero que dé conmigo. Y gracias por mentirle, cuando en realidad ni si quiera me conoces.
-         Todos tenemos motivos para huir, mis hermanos y yo nos vinimos hasta aquí huyendo de nuestros abuelos cuando nuestros padres murieron.
-         Mi motivo es mi ex prometido. Lo pillé con mi hermana el día que íbamos a casarnos y sinceramente no quiero volver a saber nada de ellos, jamás en mi vida.
-         ¿Con tu hermana? – preguntó sorprendida – se supone que los hermanos son las únicas personas en la que puedes confiar plenamente. Pero que zorra que es por dios.

Afrontar mi nueva vida, eso es lo que había ido a hacer allí, a aceptar que todo cambió y tomar mis propias decisiones por primera vez en la vida. De pronto me eché a llorar y Fátima corrió a abrazarme. Ahora solo necesitaba tiempo para superar mi dolor, aunque nunca desaparecerá, pero al menos podré esconderlo en lo profundo de mi alma. Necesitaba calmar mi odio, mi sed de venganza, ver la vida como un nuevo día y descubrir así que era lo que necesito, que es lo que quiera para mi vida y mi futuro. Hasta hace unos días amaba con toda mi alma a Matías, el hombre del que había estado enamorada, el hombre me había hecho feliz durante años. Ahora mis dudas eran ¿Puedo dejar de quererle? ¿Puedo odiarle en tan solo unos días? Estaba muy resentida y quería olvidarle, pero, ¿podría hacerlo? La cuestión es saber dónde está mi límite de dolor para que este amor no me consuma hasta destruir mi corazón, pero ¿estaría ya mi corazón destruido?



Capitulo tres.

Pov. Noelia.
Me levanté al día siguiente esperando que hoy todo fuera mejor, todo fuera diferente, un nuevo día. Intenté asomarme al balcón para ver las maravillosas vistas de Londres, pero estaba cayendo el diluvio universal. Pero incluso desde adentro y con la ventana cerrada había unas vistas maravillosas, era casi imposible salir a hacer turismo, pero la vista era realmente preciosa.

Después de una media hora viendo la lluvia caer decidí buscar algo que ponerme y bajar a tomar algo. Me puse unos leggins negros, una camiseta larga de lana gris, una chaqueta negra de tres cuartos, unas botas de agua granates y un gorro negro de lana con un pompón en la parte superior del gorro.

Bajo hasta el bar y me siento en una de las mesas vacías a desayunar.

-         Hola Noelia – me saludó Fátima acercándose a mi mesa - ¿te apetece que desayunemos juntos?
-         Claro Fátima, siéntate – le indiqué señalándole la silla enfrente de mí.
-         Ismael – le gritó a alguien – ven que voy a presentarte a mis hermanos.
-         Vale – me levanté y fijé la vista en los chicos que venían hacia nosotras – no me lo puedo creer
-         ¿Noelia?
-         Hola Ismael – me saludó dándome un largo vistazo, de arriba hacia abajo para luego sonreírme de medio lado.
-         ¿Os conocéis? – preguntó Fátima.
-         Sí, nos cruzamos el día que llegué aquí y ayer coincidimos en el bar y estuvimos hablando un rato – nos sentamos los cuatro en la mesa y seguimos desayunando con una amena conversación entre nosotros. Ismael no dejaba de mirarme y sonreír y me está poniendo realmente nerviosa.

Dicen que el amor no se busca, que el amor es algo que te encuentra y una vez que lo hace, nunca más te deja en paz.

Él inercia al corazón, convirtiéndolo en un tren descarrilado a punto de caer por un precipicio.

Pero esta vez, el amor se está equivocando de puerta y antes de que me destruya de nuevo, acabo yo con él.

Ismael era un chico muy lindo y parecía tan buena persona… pero ¿Qué estaba diciendo? No puedes estar pensando en esas cosas Noelia, si el anterior te dolió este podría destruirte.

Pov. Ismael.
Me tenía loco, Noelia me tenía completamente loco, sin ni si quiera darme cuenta, cada palabra que ella decía se me metió en la mente. Me desordenó las ideas y construyó otras mejores. Y es que al final me acababa preguntando. ¿Cómo era eso posible? Era verla e imaginarme cómo sería si en lugar de saludarla con una sonrisa, le diera los buenos días con un beso apasionado. La tenía en mi cabeza todo el día, ni si quiera podía irme a trabajar sin que antes ella me sonriera, eso me hacía pensar que ella se alegraba de que yo no estuviera demasiado lejos. Pero… ¿Le pasaría lo mismo a ella o solo serían imaginaciones mías?

No sé si le pasaría lo mismo o no, pero después de desayunar Fátima y mi otro hermano se fueron a visitar Londres y yo me ofrecí a hacerle de guía a Noelia, pero ella se negó a salir con la lluvia y casi me arrastró hasta su cuarto, aunque debo decir que yo no puse ninguna resistencia, ¿Qué la conocía dos días? Si ¿Qué no sabía nada de ella? Pues también ¿Qué se notaba que estaba huyendo de algo o de alguien? ¿Y a quién demonios le importaba eso cuando una mujer como ella se le tiraba encima? Resolvería más tarde mis dudas porque lo que es ahora todo yo estaba demasiado ocupado, mis manos recorriendo su cuerpo hasta llegar a su trasero, mi boca besando la suya con desesperación, mi lengua saboreando lo maravilloso que era su sabor mientras luchaba en una guerra de la que no queríamos hacer rehenes, solo queríamos ganar y llevárnoslo todo por delante, mi cuerpo aprisionando el suyo contra la puerta de su habitación de hotel, desde adentro, hasta que no aguanté más – eres tan hermosa – susurré sobre sus labios mientras la alzaba sobre mi cuerpo, con mis manos en su trasero y las suyas tras mi cuello – tan ardiente – la tumbé delicadamente sobre la enorme cama que había en esa maldita habitación y fui retirando una por una todas sus prendas de ropa – te deseo tanto Noelia – dije en un gruñido mientras besaba su cuello – ¿Qué demonios me has hecho Noelia? Hace dos días que nos conocemos y eres como una droga para mí, una droga que me atrapa, una bruja que cada hora me tiene más hechizado.

-         Ismael déjate de juegos y halagos y métete caña, me tienes ardiendo, te deseo Ismael, y te deseo para ayer.

Yo sonreí e hice lo que me pidió, cuando una bruja te lanza un hechizo, este tipo de ordenes te hacen arder desde los cimientos, y yo, estaba a punto de convertirme en cenizas por culpa de esta maldita bruja, una bruja condenadamente sexy – como quieras pequeña bruja – sentencié con una sonrisa estúpida en mi cara justo antes de entrar en ella, con todos los ejércitos listos para la batalla.




Capitulo cuatro.

Pov. Ismael.
Estaba soñando, tenía que estar soñando, porque después de la maravillosa tarde y noche que habíamos pasado Noelia evitarme – pero… ¿Por qué me evitas?

-         Porque no me interesa tener una relación con ningún tío, y menos si es como tú, que a la primera que tiene oportunidad se acuesta con cualquiera – eso me golpeó fuerte, muy fuerte, yo no me acostaba con cualquiera y lo peor es que ella me gusta y me gusta mucho.
-         No tienes ni idea de lo que estás hablando Noelia, yo no me acuesto con cualquiera, solo lo hago con alguien que realmente me guste. Además, no había estado con nadie desde que lo dejé con mi ex novia hace tres años, hasta que llegaste tú claro. Eres una maldita droga que me tiene completamente enganchado, ¿pero sabes algo? Si piensas algo tan feo sobre mí es porque no me conoces de nada y pienso encargarme de que lo hagas, porque me gustas mucho y así seguirá siendo, porque esto no es ningún capricho Noelia – me giré sobre mis talones y me largué, por primera vez fui yo quien me fui de un sitio en el que estaba alguien que me gustaba y no al revés.





Pov. Noelia.
El sexo con Ismael había sido una auténtica locura, si llego a saber antes todo lo que me estaba perdiendo igual y habría dejado de ser tan recta.

Odio a los hombres y eso es un hecho, no puedo evitarlo, desde que descubrí a Matías con mi hermana no podía mirar a la cara a ninguno que me pasara por delante, pero con Ismael todo era distinto, él había sido un cielo conmigo, incluso se contuvo de ir deprisa para no hacerme daño, y eso es lo que más me molestaba de él, que fuera tan perfecto, nadie puede ser tan malditamente perfecto, todo el mundo tiene algún maldito defecto pero a él no le encontraba el suyo. Y después de lo que pasó hace unas horas en el pasillo… no he podido sacarme sus palabras de la cabeza en todo el día.

Pov. Fátima.
No sabía qué demonios le pasaba a Ismael, pero como que me llamó Fátima que pienso descubrirlo. Mi hermanito estaba demasiado decaído desde esta mañana, anoche no durmió en casa, cosa rara el él, y desde la última vez que lo vi, en el restaurante con… ¡claro! Pensé cuando de pronto se me encendió la bombilla. Debió pasarle algo con Noelia.

Rápidamente y sin tiempo que perder me levanté del sillón y corrí hacia el hotel, le haría una visita a mi nueva amiga y más le valía no haberle roto el corazón a mi hermanito porque tendría que matarla.

-         Hola Fátima – me saludó Noelia al abrirme la puerta – ¿hay algún problema? Pensé que estabas de vacaciones durante…
-         ¿Qué demonios le hiciste a mi hermano? – le pregunté yendo directa al grano.
-         ¿Qué quieres decir?
-         ¿Qué le hiciste a Ismael que lleva metido en la cama, y llorando desde esta mañana?
-         Simplemente le dije que no quiero nada con ningún tío – y ahí estaba mi respuesta, en su cara de confusión, mi hermano se había enamorado de una chica que pasaba completamente de él y de cualquier tipo a su alrededor.





Capitulo cinco.

Pov. Noelia.
Había ido con Fátima a casa de Ismael, necesitaba dejarle claro que no quería nada con nadie, pero eso no significaba que el chico tuviera que sufrir. Fátima me dejó en la puerta de su cuarto y se largó de la casa – Ismael ¿estás ahí? – pregunté tocando a la puerta que se abrió casi de inmediato dejándome ver a un Ismael con los ojos rojos e hinchados.

-         Fátima te llamó ¿verdad? – yo solo asentí – ¿Qué quieres Noelia?
-         A ti – me lancé sobre sus labios, estaba dispuesta a dejar todo claro, pero sus ojos tristes me mataron.
-         Noelia no necesito que me hagas más daño por favor.
-         Cállate y bésame – le dije besándolo de nuevo y colocando mis manos detrás de su cuello – hazme tuya de nuevo Ismael.
-         No Noelia, no quiero – lo miré raro al oírlo – osea si quiero pero no así, esta mañana me despreciaste como si fuera la peor basura, solo te faltó sacarme a patadas y ahora quieres que nos acostemos de nuevo, y te lo juro, no hay nada que me gustaría más hacer que hacerte mía de nuevo pero también quiero sentirte mía y dudo que eso pase después de lo que me dijiste, no quiero sufrir, no de nuevo Noelia, tuve suficiente con mi ex, me engañó con mi mejor amigo, los pillé un mes antes de nuestra boda, no pasaré por algo así de nuevo, ni por ti, ni por nadie.

Yo bajé la mirada algo apenada con él – lo siento, de verdad me he pasado contigo, pero es lo que siento, no quiero estar con ningún hombre sentimentalmente hablando, estar contigo ha sido maravilloso y me encantaría repetirlo mil veces más pero no quiero una relación Ismael. Solo quiero que lo tengas claro, por favor no quiero lastimarte, te lo prometo yo... Solo quiero algo esporádico joder y saber que estás mal por mí culpa me hace sentir fatal y no me gusta sentirme así, no de nuevo – digo tirándome al suelo de rodillas mientras empiezo a llorar.

-         Ei, ei, tranquila Noelia - se agachó para sujetarme y hacerme levantarme del suelo - no voy a obligarte a hacer algo que no quieras, pero si necesitas hablar con alguien para sacar eso que te pesa encima solo búscame - y no sé qué fue lo que me poseyó, pero me lancé sobre su boca y devoré sus labios con ansia, con avaricia, como una niña pequeña con miedo a que sus hermanos le quiten su caramelo favorito. Ismael tardo un poco en responder a mis labios y estaba por separarme de él cuando me rodeó la cintura con sus brazos pegándome más a su cuerpo y atacando mis labios de la misma manera.

Cuando acabamos me quedé completamente dormida. No tenía con que compararlo, él era el único hombre con el que había estado, pero o yo era multiorgásmica o él era demasiado bueno en la cama, cada vez que estábamos juntos caía agotada en los brazos de Morfeo. Cuando volví a abrir los ojos ya era de noche, la habitación estaba muy oscura y me sentía completamente aprisionada por un fuerte y tatuado brazo alrededor de mi cintura. Ismael me tenía bien aferrada y bien pegada a su cuerpo, como si temiera que me fuera, como si no quisiera dejarme ir, se sentía maravillosamente sentir que alguien tiene miedo a perderte pero esto ya lo viví una vez y vale, no era después de un polvo asombroso como el que habíamos echado hace unas horas ni tampoco antes de la segunda ronda porque no pensaba salir de aquí hasta dejarlo seco, pero ya había sentido que alguien tenía miedo de dejarme ir y perderme y me salió rana, no podía confiar de nuevo tan rápido, eso sí, no podía apartarme de él, no podía dejar de mirarlo mientras dormía, este chico me había corrompido, me había llevado por el mal camino, pero bendito fuera el infierno, renunciaría a ir al cielo si toda mi vida caminaba por este mismo camino, si este era el mal camino yo quería morir caminando por él...

-         ¿Qué me miras? - esa pregunta me sacó de mis cavilaciones y me hizo sonreír - ¿Porque sonríes? ¿Te divierte mi cara de asno cuando estoy recién despierto? - yo rompí a reír en ese momento y me subí a horcajadas de él, apoyando mis manos sobre su ombligo.
-         Cara de asno no tienes, pero ¿qué te parece si vamos a por el segundo round? Esta vez me pido encima - él sonrió y estaba a punto de sonreír también cuando noté como su pene se apoderaba de mi vagina sin previo aviso, haciéndome gemir cuando llegó hasta el fondo e hizo un movimiento circular haciendo temblar todas mis terminaciones nerviosas para luego salir casi totalmente de mi interior y sujetándome por las caderas hacerme caer de nuevo sobre él, haciendo que nuestras inglés chocarán con un golpe demoledor que me hizo soltar todo el aire que tenía contenido en un gemido ensordecedor.
-         Jamás voy a obligarte a estar conmigo si no quieres - me dijo colocando su mano tras mi cuello y tirando de mí hacia abajo para besar mis labios - pero por favor, quédate a mi lado para siempre Noelia - intenté interrumpir su disertación pero él volvió a golpear contra mi haciéndome gemir de nuevo, una, dos, tres veces, estaba llevándome al orgasmo demasiado rápido y mi cabeza casi no podía concentrarse en la respuesta que quería darle - Noelia, contéstame por favor, ¿Te quedarás conmigo? - volvió a preguntar mirándome a los ojos mientras seguía concentrado en llevarme al mejor orgasmo que me había dado en los últimos dos días.
-         Si... Siempre, me quedaré a tu lado, siempre Ismael - contesté por fin gritando su nombre al final mientras llegaba a un maravilloso orgasmo, a lo que el simplemente sonrió, mientras besaba mis labios y se dejaba ir dentro de mí.



Capítulo seis.

Pov. Noelia.
Estaba tirada sobre mi cama, con una tonta sonrisa en la cara después de lo que pasó la noche anterior con Ismael. Pero la curiosidad me invadía por dentro, ¿Qué estaría haciendo ahora Matías? Nunca me fijé en nadie más ni si quiera en si la gente me miraba, pero ahora podía ver como todos los hombres se fijan en mí, o en mi cuerpo, pero quizás yo no me di nunca cuenta porque siempre tuve ojos solo para quien fue mi pareja. Por fin me decidí a encendermi teléfono y empezaron a llegar más de mil notificaciones, no sé cómo demonios no se colapsó mi teléfono. 378 llamadas, 79 mensajes de texto y 55 mensajes en el buzón de voz. Había llamadas de mi mamá, de Matías, de los papás de Matías, llamadas de mi mejor amiga Mariela y por último también tenía llamadas de mi hermana Nora. No entiendo como tiene la maldita cara dura de llamarme e intentar hablar conmigo… leí algunos mensajes, sobre todo los de Mariela porque realmente eran los únicos que podían llegar a interesarme después de todo.

“Amiga estoy preocupada por ti ¿dónde te metiste? Por favor llámame, nadie me quiere decir que pasó”

“Noelia por Dios, contéstame, necesito que me des señales de vida por lo que más quieras ¿Qué pasó? ¿Por qué te fuiste? Estás desaparecida Noelia y estoy muy preocupada por ti”

“¿Por qué no me contestas? ¿Dónde te has metido? Todos están que se suben por las paredes. Nora y tu mamá no se hablan desde que desapareciste, los papás de Matías lo echaron hasta de la empresa familiar, él quedó completamente en la calle. Por tu vida, llámame.

Suspiré soltando todo el aire de mis pulmones, no me extrañaba que mi mamá no le hablara a mi hermana, la descarada se lo merece. Y Matías se merece estar en la calle después de lo que el muy desgraciado me hizo. Seguro que ni siquiera ha querido contarle la verdad a nadie.

Empecé a leer todos los mensajes que tenia en mi teléfono, siguiendo con los de mi madre después de los de Mariela.

“Noelia hija, ¿Por qué no vuelves? No puedes desaparecerte, así como así y hacer como si nada pasó, da señales de vida hija. Dime que al menos está bien. Te lo suplico. Tienes que hablar con Matías e intentar arreglar las cosas. Por favor, regresa. Cariño dime dónde estás, contesta mis llamadas por lo menos. No puedes hacer como si nada pasó. Vuelve, enfrenta la situación, habla con Matías, con Nora. Ellos están muy arrepentidos hija por favor…”

Ja, arrepentidos y una mierda… ¡me habían estado traicionando durante todo un maldito año! ¿y ahora estaban arrepentidos? Que le vayan a otra con ese cuento.

“Noelia, mi amor, por favor no me hagas esto, te amo, necesito tenerte a mi lado. Sé que debes de estar enfadada, y tienes tus razones, es tan obvio… te prometo que todo volverá a su sitio, como antes de mi error, cometí el peor error de mi vida, pero te prometo que seremos felices mi pequeña, solo tienes que regresar a casa. Te estoy esperando para poder emprender nuestra nueva vida juntos”

“Cariño por dios, reacciona, piensa en nosotros, en lo felices que hemos sido juntos. Todo fue un error por mi parte, no me pude controlar, pero te amo. Quiero pasar toda mi vida contigo, contigo y con nadie más. Eres mi mujer pequeña, regresa por favor”

¿Su mujer? Este imbécil parece que no recuerda que me largué antes de casarnos, cancelé la boda con mi huida y no soy su mujer, pero es tan imbécil que parece no recordarlo.

“Maldita sea Noelia, no puedes huir de esto. Deja de esconderte como una vil cobarde, vuelve a tu maldita casa. Esta es tu casa, mi casa, nuestra casa, no puedes irte dejándolo todo tirado. ¿has pensado lo que la gente va a decir de ti, de mí, de nosotros? Tenemos que hablar y arreglarlo todo. No me hagas esto. Lo he dado todo por ti, ¿acaso no has sido feliz conmigo? Tienes que comprender que soy un hombre y que tu querías esperar a la noche de bodas. Tenemos que aclararlo todo, ¡contéstame!”

“Te encontraré, tarde lo que tarde te voy a encontrar Noelia. Y cuando te encuentre no podrás escapar de mí, eres mi mujer y vas a ser mía, aunque tenga que ser por las malas. No puedes dejar las cosas así, ahora somos una familia y haré que superemos esto sea como sea”

Ya no podía aguantar la rabia que tenía encima, no lancé el teléfono por los aires por no tener que comprarme otro. ¿de verdad se atrevía a preguntarme si había sido feliz con él? Toda nuestra historia había sido una mentira. ¿su mujer? No, no me había entregado a él y mucho menos había dado el si quiero ante un juez o un cura. ¡Era un maldito desgraciado! ¿Qué me buscará? ¿Qué me encontrará? Bien, pues cuando llegara el momento le enfrentaré y le mandaré a la mierda.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS MENTIRAS DE GABRIELA

LAS DEUDAS NO TERMINAN.

DEUDAS DEL PASADO